Amo lo que tengo porque me lo gané

Considero al mérito uno de los factores más importantes y relevantes para darle valor a un logro. No concibo la idea de medir de igual manera a quien con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio consiguió el resultado que anhelaba, a quien obtuvo lo mismo o más, pero ganado de manera ilícita. Vivimos en un mundo que solo premia los resultados y no la manera de conseguirlos. Y si bien, todos habitamos el mismo suelo, no es necesario vernos obligados a aplaudir lo que no nos parece elogiable, mucho menos el pensar en imitarlo. Entiendo que al leer esta introducción, esto pueda sonar a filosofía barata citada por alguien que tiene la oportunidad de expresarse. Sin embargo, creo firmemente en el valor de lo alcanzado con armas leales y recursos nobles. Cual es la nobleza de llegar a la meta, si antes de eso tuve que perjudicar o quitar merito a otras personas para verme beneficiado. Por esta reflexión, sumo esta frase que me acompaña siempre…

Amo lo poco o mucho que tengo porque me lo gané. Quizá para algunos sea un montón, quizá para otros sea muy poco. Para mi es SUFICIENTE!

Hay que olvidar la idea absurda de ser populares y conocidos. Mejor, abrazar la idea de ser prestigiosos y valorados. El popular quiere que todos lo saluden o aplaudan, pero no solo por cosas buenas, también hay gente que se burla de su ridículo y se mofa de todo lo que hace. Porque solo persigue la popularidad y no le importa la manera en que la obtuvo. En cambio, el prestigioso quizá es escuchado por muchos menos, saludado por pocos, pero su mensaje está repleto de valor, ya que lo hace con convicciones en relación a lo que piensa y siente, no hace las cosas solo por quedar bien o ser querido.

Las personas no son lo que dicen que hacen, sino lo que terminan haciendo, de eso no hay duda. Por eso no hay que quitarle merito a los que luchan de manera leal para ganarse su espacio, los que obtienen poco pero sus logros son repletos de mérito. Un gran filósofo del deporte, en una oportunidad lo dijo así.” Las evaluaciones no deben hacerse en función de lo que se obtiene, si no en función de lo que se merece. Hay que valorar lo merecido y hay que soslayar o al menos no endiosar aquello que no se obtuvo merecidamente. Porque si no, se enseña a todos los que observan, que un atajo te lleva al objetivo. Y normalmente, un atajo no te lleva al objetivo”.

En la imagen, un artista marcial muy joven que se quiebra al conseguir su cinturón negro. Pero no es el color de su cinto lo que lo emociona, es todo lo que tuvo que trabajar para conseguirlo. Su valor legítimo, son las cientos de horas entregadas a mejorarse a sí mismo y a sus compañeros. Ya no importa su precio monetario, el valor está en lo que representa. Amará a su graduación porque la obtuvo dignamente y eso lo siente en otra dimensión, que no tiene que ver con su cuerpo, es mucho más profundo, lo siente en su espíritu.

por Elias Romero