Sin tener chance a elegir, la vida te va a dar oportunidades en el lugar del martillo. Un lugar de privilegio donde te vas a sentir ganador, donde todo lo que hagas va a salir bien. El día lugar y hora van a ser los indicados, casi casi que te vas a sentir un iluminado. Cuando seas el dichoso de ser el que martilla, entiende que solo es circunstancial, mantén la calma, no te nubles ni dejes que el ruido de la victoria te ensordezca. La victoria es la parte dulce de la vida, festéjala como lo que es, aprovéchala, disfrútala al máximo, sácale todo el jugo posible, martilla a fondo.
En otras, de seguro que te va a tocar el lugar del clavo. No porque hagas las cosas mal, no creas que todo en la vida se trata de merecimientos. Puede que simplemente no sea tu día, alguien pudo hacerlo un poco mejor, no fuiste el beneficiado o sencillamente las cosas no salieron según lo planeado. Cuando te toque estar ahí, no llenes de excusas tu cabeza y amargues a tu corazón. fortalécete, no pierdas las esperanzas, como dice Robin Sharma “la adversidad es el lugar de origen del heroísmo”. Por eso no dejes de luchar, no dejes de luchar nunca, darte por vencido de seguro no es la solución. Así como comprendes que la victoria es circunstancial, entiende que la derrota o las dificultades también lo son.
Veo la imagen y miro a un soñador, que no se fija en cuanto les sobra a los demás ni se siente menos por lo que le falta. Solo se sube en su bicicleta y va en busca de lo que cree que se merece, no busca excusas. Participa de la carrera sin medir las consecuencias, sin importar el que dirán. Indudablemente está dispuesto a dejar todo, el siempre se cree martillo aunque de seguro acepta ser el clavo.
En lo personal sé que algunas veces soy el martillo, pero también soy consciente de que la mayoría de las veces me toca ser el clavo. Lo que me define como persona no es lo que hago cuando tengo que martillar, en ese momento yo tengo las de ganar, en esas circunstancias todo es más fácil. Lo que me define es lo que hago cuando soy el clavo, cuando me martillan y soy al que le toca perder. Si pongo excusas, me miento a mí mismo. Si culpo a otro, de seguro que no estoy entendiendo la lección. Pero si logro darme cuenta que perder es parte del juego, parte de la vida, hasta de las derrotas más difíciles voy a encontrar algo que me haga crecer.
Por Elías Romero
Hay algunas personas más talentosas que otras. Algunas han tenido una educación privilegiada. Pero todos tenemos la posibilidad de ser grandes. La grandeza proviene de reconocer que tu potencial sólo está limitado por cómo eliges, cómo usas tu libertad, cuán resuelto eres y cuán persistente; en una palabra, por tu actitud. Y todos tenemos la libertad de escoger nuestra actitud. Peter Koestenbaum.